La belleza de la esperanza

La belleza de la esperanza

La esperanza puede encontrarse, incluso, en los tiempos más obscuros. En ocasiones no entendemos que hay tormentas que caen en silencio y eso no quiere decir que dejen de mojar o que no haya relámpagos, sino que tienen la intención de provocar una limpieza profunda de nuestra alma, hacernos entender la importancia de un cambio y de que, a pesar de la adversidad, se puede ser feliz.

Es curioso ver que cuando las cosas parecen estar más negras, surgen momentos de gran belleza en los lugares más inesperados. Cuando todo parece fuera de lugar es tu turno de acomodar las piezas que te corresponden, lo que hagas o dejes de hacer influye. Recordemos que se necesita pasar por las sombras para perder el miedo y valorar la luz, porque la prosperidad se da también en medio de temores y desastres, la fortaleza nos viene de las dificultades, de esos momentos en los que parece que todo es gris.

El tiempo es un recurso no renovable, así que debemos utilizarlo en gran medida para cosas productivas; siempre hay algo que hacer, que decir, que pensar y que sentir, seamos alegres en medio de los pesimistas y de las malas noticias y regalemos sonrisas; algunos momentos son malos, pero son sólo eso, momentos, y van a pasar. Sin embargo, no se trata sólo de desear que pasen y sentarse a esperar, sino vivir, aprender y salir adelante; el mundo necesita de tu pequeñez para hacer que grandes cosas sucedan, para volver a iluminar sus caminos, luchemos por aquello que a todos nos interesa dejando de lado cualquier diferencia. La hermandad y la humildad son los cimientos que esta sociedad, a veces fragmentada, tanto necesita para reconstruir y fortalecer esas grietas que nos dividen.

Me gusta pensar que la vida es un 10% lo que nos pasa y 90% cómo reaccionamos ante lo que nos sucede, por ello busquemos siempre asumir una actitud positiva, pensando que todo acontece por algún motivo y aun cuando no encontremos el sentido, debemos continuar porque cada cosa tomará su lugar en el tiempo perfecto. Hoy es un buen día para hacer que los pensamientos positivos estén encaminados a acciones generosas, simpáticas y empáticas, pues los actos que nos hacen más humanos son los realizados en beneficio de otras personas.

¿Deseas un milagro? Siembra profundamente una palabra de amor en la vida de tu prójimo, abónala con una sonrisa y después observa lo que pasa. ¿Sabes qué?, ése es el poder de las semillas que tienes en tus manos, simplemente hazlo y verás un gran cambio, los milagros son reales y actuales, no esperemos que sucedan como algo extraordinario, te aseguro que los encontraremos en la cotidianidad de nuestros días, allí radica lo verdaderamente esencial.

Al final quedémonos con lo bueno de cada situación, aunque parezca que no haya nada positivo, no olvidemos que un cielo sin nubes aun cuando puede ser hermoso, le falta la lluvia que riegue los campos para que prospere la vida; así mismo pasa con los tiempos difíciles, en ocasiones sólo vemos lo que es evidente ante nuestros ojos, pero entendamos que tal vez lo que vemos no es lo único que hay. La esperanza existe, así que confiemos, no nos desesperemos, después de cada tempestad siempre habrá calma, solo es cuestión de esperar.
Confiemos, cuidémonos y hagamos la diferencia, pronto resurgirá la paz y el bienestar que tanto anhelamos. ¡Ánimo!


Cinthia Clara Betanzos
Estudiante Licenciatura en Psicología
Misión Luciérnaga.